La película fue rehecha, tanto oficialmente como de manera espuria, en numerosas ocasiones. En los Estados Unidos se adaptó al género de western, con justo crédito otorgado a Kurosawa y bajo el nombre de The Outrage, realizada en 1964 con Paul Newman, Claire Bloom y Edward G. Robinson.
Tal vez para comprender mejor el peso de esta película en el cine- no solo japonés sino también occidental- habría que contextualizarla en su período histórico y su entorno. Hay que decir que esta película supuso algo así como la flor de la libertad que florece en el desierto de la censura y la intolerancia.
Irónicamente, Akira Kurosawa ha sido no de los cineastas orientales que más han influido en los cineastas occidentales, particularmente en las generaciones de los años sesenta y setenta. Digo irónicamente, porque a nivel popular, Kurosawa sigue siendo un desconocido, y me resulta sumamente irónico cuando la gente se rasga las vestiduras por los cineastas norteamericanos, cuando muchos de ellos se morirían por crear obras como las de Kurosawa...
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