jueves, 9 de septiembre de 2010


Dogma 95 (en danés Dogme 95) es un movimiento fílmico desarrollado en 1995 por los directores daneses Lars von Trier, Thomas Vinterberg, Kristian Levring y Soren Kragh-Jacobsen. Su meta es producir películas simples, sin modificaciones en la posproducción, poniendo énfasis en el desarrollo dramático.

En 1995 Lars Von Trier y un grupo de directores entre ellos Thomas Vinterberg y Soren Kragh-Jacobsen dieron a conocer un documento en el que planteaban la necesidad de modificar la forma de realizar el relato cinematográfico. Ese documento resultó ser el impulso inicial de un movimiento llamado Dogma 95 (Dogme 95). Los directores en cuestión se comprometían a tratar sus películas respetando una serie de normas estrictas a partir de las cuales buscaban encontrar la verdad profunda. Las películas filmadas de acuerdo a este movimiento deben ser filmadas en escenarios naturales evitando las escenografías armadas en los estudios, con cámara en mano o al hombro, grabada con sonido directo y sin musicalizaciones especiales. Todas estas especificaciones buscan dar a la historia un tono más realista. Dogma era el intento más audaz y conspicuo de reinventar el cine desde Jean-Luc Godard.

Las películas Dogma, se caracterizan por lucir un certificado que otorga la autenticidad del proyecto y de un número de matrícula. Este certificado lo expide un comité de jueces que valoran la película y se ciernen que cumple con el voto de castidad. Películas como El proyecto de la bruja de Blair de Daniel Myrick y Eduardo Sánchez, fueron rechazadas por no cumplir el voto número 8, ya que en este caso se trataba de una película de terror.

Si bien el voto de castidad dice en el número 9, que el formato de las películas deben ser en 35mm, se sabe que varias películas como La celebración y Los idiotas fueron hechas en video. En una entrevista a Lars von Trier el 4 de noviembre de 1999, se le pregunta por qué se denomina a estas películas como Dogma, si están hechas en video. Lars von Treir contesta que hablando con Søren Kragh llegaron a la conclusión de que es muy difícil para un cameraman cargar una cámara de 35mm y que además por una cuestión de presupuesto se decidió grabar en video, adaptando esa regla a que el formato de distribución es el que debe ser en 35mm.

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